Ahora que ya va yéndose el calor y empieza a llegar el otoño y el invierno en todas las casas comienza a encenderse la calefacción en mayor o menor medida. Pero hay que tener en cuenta que después de varios meses sin utilizarla es posible que algunos de los radiadores de nuestra casa no funcionen como deberían y es por el aire acumulado en su interior.
Esto puede hacer que el rendimiento de éstos no sea el adecuado y que no calienten de manera homogénea, y que por consiguiente malgastemos energía aumentando así nuestra factura del gas. Esto ocurre en los radiadores que funcionan con agua, así que si es tu caso presta atención a nuestros consejos para purgarlo y a mantener el calor de tu hogar para evitar al máximo que el calor tan agradable se escape.
Por qué debemos purgar los radiadores
Lo más recomendable es hacerlo al menos 1 o incluso 2 veces al año según cada caso, porque el aire que puede quedar dentro y que se queda en la parte superior del radiador, hace que el agua del interior no circule bien y que no caliente.
Para detectar que un radiador no calienta bien, simplemente con poner la calefacción a funcionar y tocar la parte superior de éstos se notará. Si están fríos por arriba y calientes por abajo es que tienen aire y deberás purgarlos.
También podemos darnos cuenta de que tienen aire porque hacen un ruido característico como de goteo cada vez que encendemos la calefacción.
¿Cuándo purgar los radiadores?
Lo mejor es hacerlo antes de comenzar a utilizar la calefacción de manera continua, por ejemplo en septiembre y octubre para que una vez ya llegue el invierno más frío los tengamos listos para funcionar sin ningún problema.
Porque si esperamos a hacerlo cuando lleguen las temperaturas más frías funcionarán mal mientras y conseguiremos derrochar tanto energía como dinero.
Pasos para purgar radiadores
Aquí te explicamos paso a paso cómo hacerlo, pero si prefieres verlo en vídeo para mayor facilidad de encontrar y detectar qué parte del radiador hay que abrir echa un vistazo a este vídeo:
Consejos para aislar tu casa del frío
Una vez ya tenemos nuestra casa con los radiadores a pleno rendimiento y que funcionan perfectamente, también es recomendable seguir algunos consejos para aislar mejor nuestra casa del frío y que no sea necesario poner la calefacción demasiado alta, porque se estima que casi el 43.4% del consumo de energía doméstica se destina a la calefacción.
Así que estos pequeños gestos pueden ayudarnos a evitar ese consumo tan excesivo, sobre todo en zonas donde el frío es mayor. Porque no solo es fundamental tener un buen sistema de calefacción sino aislar lo mejor posible las ventanas y puertas para que el calor que tengamos dentro se desperdicie.
- Tapar las fugas
Con un burlete sencillo que puedes encontrar en cualquier ferretería o comercio especializado podemos rápidamente evitar la pérdida de calor por puertas, ventanas y posibles grietas en los muros.
Además este tipo de cintas para sellar no necesitan que tengas conocimientos en bricolaje ni obras, lo puedes hacer tú mismo en un abrir y cerrar de ojos y con un coste muy bajo.
- Instalar válvulas termostáticas
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) aconseja programar la calefacción para que se encienda antes de utilizarla, porque como todos sabemos no es inmediata y tardará el caldear la casa algunos minutos. Por ejemplo encenderla 30 minutos antes de que vayamos a necesitarla será más que suficiente.
Pero si tienes una caldera antigua o un termostato sin posibilidad de programación, el instalar válvulas termostáticas en cada radiador te ayudará a conseguir una temperatura deseable. Estas válvulas tienen en su superficie unas ruletas o si es digital un panel de mandos desde el que podemos regular la temperatura de cada habitación por separado por ejemplo.
Se estima un ahorro del 40% con instalar este tipo de productos frente a las casas que no los tienen, así que es una muy buena opción a tener en cuenta.
- Reorganizar los muebles
Los muebles absorben el calor así que depende de cómo los ubiquemos en casa nos ayudarán a conservar más el calor. Los elementos de tela como las cortinas y sofás son los que más calor atraen. Por eso si estos muebles u objetos de decoración los alejamos de los radiadores en la medida de lo posible conseguiremos que el aire caliente circule por todo el espacio libremente.
Porque a diferencia de lo que se cree, si tenemos ropa tendida dentro de casa tendemos todos a poner el tendedero más cerca del radiador para que se sequen antes, pero todo lo contrario, tenemos que apartarlas del radiador para aprovechar la fuente de calor al máximo.
- Limpiar la caldera y radiadores
El mantenimiento de cualquier aparato consigue que su vida útil y rendimiento sea mejor y más eficiente, por lo que en este caso limpiar los radiadores antes de que los necesitemos y que la empresa del gas haga una revisión periódica de la caldera nos ayudará a que funcionen mejor.
Con un cepillo largo y estrecho podemos limpiar por dentro de los radiadores para quitar el polvo y residuos que pueden quedarse de un año para otro.
- Utilizar alfombras o tapices
No solo hacen de decoración, también ayudan a aislar sobre todo los tejidos naturales como la lana y el algodón. Incluso podemos encontrar alfombras que se pueden colgar de la pared como si de un tapiz se tratase y aislar y mantener el calor además de ser un elemento decorativo más.
- Ajustar la temperatura
En casa tenemos que tener una temperatura confortable pero no excedernos con los grados. La temperatura aconsejada es entre los 19ºC y 21ºC durante el día y de 15ºC y 17ºC durante la noche mientras dormidos.
Y que cuando no estemos en casa apaguemos la calefacción o cuando no vayamos a estar, porque mantener una temperatura fija durante todo el día aumenta el consumo energético. Si por el contrario apagamos la calefacción por las noches o cuando no estemos en casa, la caldera dejará de funcionar y de consumir energía. Y lo más importante de todo como hemos visto en el primer punto, aislar lo mejor posible nuestra casa hará que la pérdida de calor por no tener la calefacción encendida no descienda en exceso.
Ahora que ya sabes cómo mantener tu casa cálida durante el otoño y el invierno y a mantener tus radiadores en óptimas condiciones tras purgarlos, te toca ponerlo en práctica. ¡Verás cómo se nota en la factura del gas!
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